Gracias a su excelente flota, a principios del siglo XVI Portugal contaba con ejércitos en los cinco continentes. Los primeros viajeros europeos descubrieron un país celoso de sus tradiciones, donde la artesanía, la agricultura, la música o la gastronomía alcanzaban altos niveles de perfección. Hoy Portugal, además de los tesoros artísticos fruto de su larga historia, ofrece un abanico de experiencias viajeras sofisticadas, tanto en su territorio peninsular como en las islas de Madeira o las Azores.

Este número especial, que incluye magníficas ilustraciones a gran formato, presenta 50 maravillas del acervo cultural portugués. Desfilan por sus páginas los monumentos más emblemáticos del patrimonio religioso e histórico, la arquitectura palaciega, paisajes humanizados de gran belleza, parques y jardines de ensueño o los museos más sorprendentes. En automóvil, a pie o en bicicleta, basta cruzar la frontera para disfrutar de esas estrellas tan cercanas.